Aprender asertividad

Qué es la asertividad: ejemplos y claves para mejorarla

¿Te has encontrado en situaciones en las que quieres expresar tu opinión pero no lo haces por temor o dices que sí por pena y compromiso, aunque no quieres? En casos como estos es posible que después te hayas reprochado la actitud que tomaste, y hayas sentido que no has valorado lo suficiente tus necesidades y lo que realmente quieres. Y la razón es que te faltó asertividad.

Lo más probable es que no sea la primera vez que escuchas este término, pero quizás no estás muy seguro del significado de asertividad y, sobre todo, lo que supone. En este artículo vamos a hablar sobre qué es la asertividad, para qué sirve esta habilidad social, cómo aprender a aplicarla y otras ventajas.

¿De qué trata la asertividad? 

La asertividad trata de una forma de comunicarse en la que se defienden los derechos, se expresan las opiniones y se efectúan sugerencias de manera sincera. Esto se hace sin ser agresivos o pasivos, mostrando siempre respeto por otras personas y por supuesto por uno mismo, por lo que necesitamos. Por lo que es muy importante identificar las propias necesidades, sin dejarlas abandonadas.

Implica expresar lo que estamos pensado o sintiendo, midiendo qué se dice y cómo se da el mensaje para que no parezca débil o agresivo. Es una habilidad social que no siempre es fácil aplicar en la vida, pero se puede aprender a ser más asertivo o mejorar en ello.

Cuando estamos siendo asertivos, tomamos consciencia de lo que sentimos y lo expresamos libremente, pero sin que nos controlen las emociones, demostrando confianza propia sin reproches ni culpas. Claro está, no se arreglarán todos los inconvenientes por ser más asertivo, pero ganarás seguridad, te comunicarás mejor, defenderás tus derechos y serás mucho más honesto.

¿Para qué sirve la asertividad?

Cuando una persona demuestra asertividad logra exponer a otros cuáles son sus deseos y necesidades reales, además de conseguir respeto propio, dignidad y mayor confianza. Cuando te expresas de forma asertiva, hay muchas más posibilidades de obtener lo que quieres, debido a que lo que se solicita se hace con respeto y autenticidad.

Entre los beneficios que logras por expresarse con asertividad tenemos los siguientes:

  1. Conseguirás opinar, pedir algo o solicitar un favor de manera natural, sin temor o pena.
  2. Expresarás tus disconformidad, crítica, desacuerdo o queja de forma respetuosa, sin herir a otros.
  3. Podrás rechazar una petición sin que la persona que la hace se moleste (Aprender a decir NO).
  4. Demostrarás tu alegría, agrado, orgullo, atracción o cualquier otra emoción positiva sin ser demasiado efusivo o exagerado.
  5. Cuestionar las tradiciones, costumbres o leyes sin temor, para entender las razones o el porqué.
  6. Será posible comenzar, proseguir, modificar o concluir conversaciones sin incomodidad o faltando al respeto.
  7. Podrás comentar a otros tus emociones, sentimientos y experiencias, propiciando que ellos hagan lo mismo.
  8. Lograrás resolver los problemas que puedan surgir antes de que empeoren y aparezca la ira, amargura o rabia.

Ahora bien, se debe entender que por más asertivo que seas, habrá personas que igual se enfaden contigo, no consigas lograr tus objetivos o no les interesen tu punto de vista y necesidades. Siempre encontrarás personas que se nieguen a tus deseos si va en contra de sus intereses, que te entiendan mal o crean que los atacas. 

El cómo lo vive la otra persona no depende de ti.

Pero si tú estás haciendo lo posible por conectar de forma honesta y con respeto, ya puedes quedarte con la tranquilidad de que lo estás haciendo de la mejor forma posible. Esta actitud sí te asegura que haya una mayor probabilidad de conectar mejor con las personas, consiguiendo un mayor entendimiento y comprensión, facilitando así la empatía.

¿Cómo se relaciona la empatía y la asertividad?

La empatía se define como la habilidad para ponerse en el lugar de los demás, como si sintiéramos en carne propia el sufrimiento y dolor ajeno. De esta forma nos esforzamos por comprender sus sentimientos, sin juzgarlos o menospreciarlos y así se pueden buscar formas efectivas para tratar de ayudarlos.

El significado de asertividad se relaciona con la empatía porque tiene en consideración los sentimientos de los demás, aunque uno hable con honestidad.

La idea es que nos expresemos abiertamente y con franqueza, pero como a uno le gustaría que le hablaran, con respeto y dignidad.

¿Por qué algunas personas no son asertivas?

La asertividad es una cualidad deseable para establecer buenas relaciones con otros y sentirse bien con uno mismo al comunicarse. Ahora bien, algunas razones por las que muchos no son asertivos son las siguientes:

  1. Fueron criados con la idea de que debían callar si lo que otros decían no les gustaba, para evitar confrontación. También son personas que siempre anteponen los intereses ajenos a los propios.
  2. Algunas personas tienen baja autoestima y les falta confianza personal, por lo que no defienden sus derechos o no expresan sus emociones.
  3. Por estar acostumbrados a determinados estereotipos sociales como: que las mujeres tienen menos derecho a expresar su opinión, que los niños no contesten a los mayores o que el trabajador es inferior a su jefe.
  4. Que la persona esté estresada o nerviosa, lo que hace que sienta que no tiene control sobre sus impulsos, actuando muchas veces sin reflexionar.
  5. Por el carácter o personalidad, lo que hace que algunos sean más tímidos y no hablen o que otros sean más agresivos al expresarse.

¿Cómo podemos aprender la habilidad social de la asertividad?

Algunas sugerencias para desarrollar la asertividad en tu vida y expresarte con mayor seguridad son las siguientes:

Cambia los pensamientos negativos al hacer valer tus derechos

No digas: “Soy un mal compañero por no prestarle el dinero” piensa en su lugar: “como merezco respeto, no tengo que prestar dinero a quien nunca me paga”.

Habla porque los demás no pueden saber lo que piensas

Los demás no pueden saber qué te disgusta o saber qué esperas de ellos, por lo tanto da el paso y habla con franqueza.

Recuerda cuál es tu objetivo

Tu objetivo no es ganar una discusión. Se trata de una situación donde te enfocas hacia lo que quieres. Como por ejemplo, que el vecino baje el volumen de su música.

Sé lo más específico posible

Procura transmitir de manera exacta y detallada qué es lo que quieres o cuáles son tus sentimientos.

Habla de hechos y no de opiniones

Trata de hablar de hechos concretos, causas o razones y no de tus opiniones o conclusiones sobre un asunto. No decir: “creo que no sirve tu trabajo”, más bien “considero que tu trabajo tiene estos errores.”

Da razones o motivos

Cuando hables sobre algo que quieres o tus sentimientos, habla de las razones detrás de ellas, así es más probable que tengas éxito.

Empieza por ti mismo al hablar y no por el otro

Habla primero de ti y no de la otra persona, concentrado en el problema, no en acusar a otro. Por ejemplo, puedes decir “me siento mal cuando no me escuchas” en vez “tú nunca me escuchas”.

Algunos ejemplos de respuestas que manifiestan asertividad

La asertividad implica tener la capacidad de establecer límites, aprender a decir que no y compartir o comunicar las necesidades propias conservando el amor propio. Un estilo de comunicación asertivo respeta los derechos de otros y los personales, así que te presentamos algunos ejemplos:

  • Asertividad positiva: expresamos con frases apropiadas y en el momento indicado algo positivo de otra persona: “Me agrada la manera como tratas a tu familia”.
  • Respuesta asertiva básica: una respuesta directa y sencilla para que se respeten nuestros derechos: “Perdona, quisiera explicártelo pero no me dejas hablar”.
  • Esquema: “Entiendo” + nuestra necesidad: “Comprendo tu situación, pero yo…”
  • Esquema: “Yo me siento” + nuestra necesidad: “Cuando no mes respondes, me siento ignorado”
  • Respuesta asertiva ante la agresividad: “Cuanto más te molestas, más me gritas y yo no me expreso, por favor detente un momento y escúchame antes de seguir”.
  • Escuchar y después decir NO: “Quieres que vaya al parque ¿verdad? NO puedo”.
  • Decir NO y explicar de manera breve: “Gracias por la invitación, pero no puedo ir porque ya tenía otro compromiso”.
  • Decir No pero dar esperanza: “NO puedo ir hoy, pero puedo hacer arreglos para mañana”.
  • Respuesta buscando la responsabilidad ajena: “¿Qué quieres decir con esto?”.

Conclusión sobre aprender a ser asertivo

Esta habilidad social nos permite establecer mejores relaciones sociales, entendernos mejor con nuestra pareja y sentirnos más seguros con nosotros mismos. Aplicarla correctamente depende de tomar conciencia y de aplicarla cuando se presente la oportunidad.

Independientemente de tu personalidad, y de cómo te enfrentas a las situaciones difíciles, puedes aprender esta habilidad social y ponerla en práctica. Cuanto más lo practiques menos esfuerzo te supondrá. Como consecuencia, te sentirás mejor y lograrás establecer relaciones de mayor calidad.

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